Sociedad

“Shell, ni paga ni limpia”, lema de la acción mundial que ha puesto en marcha Amnistía Internacional

Amnistía Internacional ha lanzado una acción bajo este lema para pedir a la empresa petrolera que sufrague la limpieza de los vertidos que ha provocado en la zona del Delta del Níger en Nigeria y que afectan a 18 millones de personas, el 60% de la población de la zona. La empresa debe aportar los mil millones de dólares que el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) estima necesarios para ello.
La organización exige también a Shell -presente en la zona durante 50 años- que reconozca su responsabilidad en el deterioro medioambiental del delta y que pague indemnizaciones a las comunidades afectadas. Shell, que duplicó sus beneficios en 2011, alcanzando los 7.000 millones de dólares, ofreció inicialmente a la comunidad de Bodo tan sólo 50 sacos de arroz, alubias, azúcar y tomates como compensación por el desastre.

Para lograr estos objetivos, activistas de AI en todo el mundo, entre los que se incluye el grupo local de Villena, recogerán firmas que se entregarán en el marco de la próxima asamblea general de la empresa anglohoandesa, prevista para el 22 de mayo. Además, se realizarán actos de calle en decenas de ciudades españolas representando la contaminación que Shell deja tras de sí.

Consecuencias catastróficas
Las consecuencias que la actividad de Shell ha producido en el ecosistema de una de las regiones con mayor biodiversidad de África, quedan descritas en el informe “La verdadera Tragedia. Demoras e inacción frente a los vertidos de petróleo en el Delta del Níger”, elaborado por AI y el Centro para el Medio Ambiente, los Derechos Humanos y el Desarrollo (CEHRD). La ONU calcula que podría tardarse más de 25 años en rehabilitar la zona.

Entre los años 1976 y 2001 se registraron más de 6.800 vertidos en el Delta del Níger, que han contaminado el agua potable, las tierras cultivables, los caladeros de pesca que dan sustento a la población y las reservas de mariscos, de cuya recolección depende la subsistencia de las mujeres. A esto se añaden los serios problemas de salud que afrontan los habitantes de la zona a consecuencia de los vertidos.

El sector del petróleo y del gas representa casi el 80% de los ingresos del Estado en Nigeria y ha generado unos 600 mil millones de dólares. Sin embargo, la mayoría de la población de la zona continúa sumida en la pobreza.

Las contradicciones de Shell
La compañía admitió inicialmente que los vertidos fueron producidos por defectos en el mantenimiento de sus oleoductos, pero los achaca ahora a los sabotajes en sus instalaciones. Así, intenta evadir el cumplimiento de la legislación nigeriana, que establece que la compañía debe limpiar el vertido y pagar indemnizaciones. Aunque Shell asegura que “responde de inmediato” a los vertidos, la ONU confirmó que en los de Bodo de 2008, el petróleo continuó brotando semanas después de que éstos fueran denunciados.

Petróleo y conflicto son ya tristes rasgos distintivos del delta del Níger. Shell ha ennegrecido con vertidos e irresponsabilidad la vida de miles de personas y ahora es su nombre el que está manchado. La compañía debe reparar inmediatamente el daño que han producido sus actividades durante los 50 años en los que éstas han quedado impunes.

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